Hacer una mudanza siempre es algo traumático, pero si además
sumamos el factor niños puede convertirse en un gran problema. Hay algunos
trucos para poder afrontar el problema sin morir en el intento. Cuando hacemos
una mudanza con niños podemos encontrarnos en dos situaciones:
- El niño es consciente y puede ayudarnos
- El niño es muy pequeño y no puede ayudarnos.
¿Cómo podemos hacer la mudanza?
En el primer caso la situación no es tan problemática. Pues
como aconsejan la mayoría de los psicólogos, bastará con mentalizar a la
criatura y hacerla partícipe de la mudanza. En este caso y con tiempo
suficiente deberemos hacerle responsable de sus pertenencias y, además, deberá
ser el niño quien se encargue de guardarlas y organizarlas para el traslado.
En el segundo caso, la situación es mucho más compleja. El
niño no puede ayudarnos y, por otra parte, es tan pequeño que deberemos
preocuparnos de atenderlo durante el traslado. Para afrontar esta situación me
he asesorado de la empresa mudanzas Logroño, que me ha aconsejado como podemos hacer frente a una mudanza
cuando tenemos niños pequeños.
El principal consejo que dan los psicólogos es la previsión. Es
decir, deberemos empezar a prepararla con mayor antelación de tal forma que
podamos compaginar el cuidado de las criaturas con la preparación de la
mudanza. La fase de traslado se deberá hacer preferiblemente con una empresa y,
también, sería de gran utilidad que un familiar o niñera cuidara de nuestros
hijos durante el día que traslademos nuestras pertenencias.
Otro consejo de gran utilidad es dejar preparada con cosas
necesarias para el cuidado de nuestro hijo. Cuando hacemos la mudanza no
sabremos donde estarán las cosas y por tanto, es importante haber preparado una
bolsa o maleta con útiles de aseo, ropa interior y exterior, comida, y más
cosas necesarias. La maleta deberá contener lo necesario para varios días pues
será el tiempo que tardemos en organizar todo de nuevo.